El meteorito ocurre en una escala temporal difícil de imaginar, insumiso a leyes o éticas. En este sentido, esta piedra caída podría ser considerada un ready-made cósmico (al haber estado hecho mediante la fusión y combinación aleatoria de elementos dados, pero esta vez, espaciales, y dictados por la creación natural).

Laura Mandelik perpetúa la ficción de un meteorito caído en copias, en fotografías que calculan gestos y gestas de desplazamientos, cual simulacros celestes. Alejando nuestra perspectiva antropocéntrica, la artista ofrece una nueva vida a la roca en su propia subjetividad, en imágenes que la muestran cabriteando en el firmamento, moviendo lunas llenas, desalambrando vallas metálicas, transportando un cuadrúpedo por la galaxia o bien ofreciéndonos el paisaje de una desolada cancha de volley en la tensa espera del impacto.

Esto refuerza la estrecha relación entre el tipo de imágenes con las que la creadora multimedios elige trabajar. Su traducción en fotografía no busca duplicar con precisión una imagen original, sino intervenirla para construir un mundo acorde con sus designios. En otras palabras, en su nueva versión, la imagen es pulsión de creación propia.

El grupo de fotografías de tipologías espaciales y circulares, más que lugares o paisajes específicos, tienen en común la impresión de estar lejos o ausentes, pero con el aporte de un toque mundano, prosaico. Laura Mandelik recompensa al visitante con una tensión visual que coincide con la de una noche de cine, ilusionista e imaginativa.

Dentro de la expresión escultórica, emergen como novedad creativa las formas primigenias de un huevo con extremidades inferiores, que la creadora venía realizando desde las artes cerámicas. Elaborados en bronce con la técnica de la cera perdida, estos huevos, portadores de información genética han ganado peso, texturas, posiciones y brillos inéditos, expandiendo la investigación material de estos objetos evocadores de nacimiento y vida.

Otra propuesta tridimensional, bautizada Esta no es una caja boba, consiste en un objeto escultórico diseñado con y para el uso de máquinas, ofreciendo una experiencia sinestésica generada por un algorritmo y decidida por el usuario-receptor. El artefacto combina las posibilidades del movimiento mediante el ritmo y la vibración cromáticos. La programación del artefacto ha sido realizado por la ingeniera electrónica Gabriela Mercado, habitual colaboradora de Mandelik en sus formatos tecnológicos y expandidos.

Siguiendo con temas maquínicos, que de alguna manera señalan intereses como la actividad antrópica en la cultura del presente, está la pieza de videoarte Elevator exhibida en una sala especialmente acondicionada. El video ha sido realizado nuevamente en co-autoría con Gabriela Mercado y Victoria Mussi esta úlitimatambién cradora del sonido y música central en este videoclip sinfónico, reberberando al compás de los latidos de un metrónomo.

La ascensión es una imagen común que simboliza la transformación y el paso del tiempo, mientras a lo largo del video Elevator se visionan objetos flotando y hundiéndose, adquiriendo una resonancia sobre el mundo natural y el cultural. Las secuencias animadas son dirigidas por el impulso ascendente de un ascensor, recorriendo ámbitos nocturnos terrenos y galácticos, manifiestando ideas tanto de elevación como de caída y entropía.